lunes, 14 de junio de 2010

Impreciso

Falta que se mueva una visión de alba

antigua cáscara de tranquilidad y olvido,

sangrante,

gastado y líquido,

gélido caer de médulas plomizas

que se unen y van rasgando

una a una

el momento de la inmensidad.


Falta que el error tenga esferas;

farsas tornando la vulnerabilidad

de los espejos,

del verdadero signo,

ese fragmento que se despoja

al estar nunca y siempre

en la extasiada fugacidad

de las luciérnagas.


Porque se diluye la fragilidad,

la muerte de la muerte

en la plenitud y lo complejo,

dolorida e incapaz,

cansada de ser sombra volátil,

raspando el cristal con la mandíbula

vuelta hacia la profundidad,

buscando un caparazón en la ventana

de una lluvia sin huesos ni remembranza.


Pues se ha de ir por la pradera

cayendo alguna vez a la espiral

errante que no se sostiene

en encantos o en la cavilación

de breves augurios.


Y se basta en sí,

simples ángeles suben un portal

que se dibuja inalcanzable

y se contiene de contemplar

con los ríos de la figura desarticulada

que plasma sólo un costado de su trino,

imagen de los débiles en la mar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"farsas tornando la vulnerabilidad
de los espejos," nunca mejor dicho niño!!.. me saco la boina y la tiro en la arena.. invocando tus letras.. pues mira.. un rayo super poderoso habita en tu puño.. dale rienda.. eres bueno.. muy bueno.. tu tinta.. destila cosas maravillosas.. al pié.. cariños

Tatiana Aguilera dijo...

Me gustó, en verdad me gustó tu forma de escribir, mis felicitaciones.
Un abrazo.

José Antonio Íñiguez Narváez dijo...

Es un delicia leerte;aunque sea por semanas. Saludos carnal.

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