antigua cáscara de tranquilidad y olvido,
sangrante,
gastado y líquido,
gélido caer de médulas plomizas
que se unen y van rasgando
una a una
el momento de la inmensidad.
Falta que el error tenga esferas;
farsas tornando la vulnerabilidad
de los espejos,
del verdadero signo,
ese fragmento que se despoja
al estar nunca y siempre
en la extasiada fugacidad
de las luciérnagas.
Porque se diluye la fragilidad,
la muerte de la muerte
en la plenitud y lo complejo,
dolorida e incapaz,
cansada de ser sombra volátil,
raspando el cristal con la mandíbula
vuelta hacia la profundidad,
buscando un caparazón en la ventana
de una lluvia sin huesos ni remembranza.
Pues se ha de ir por la pradera
cayendo alguna vez a la espiral
errante que no se sostiene
en encantos o en la cavilación
de breves augurios.
Y se basta en sí,
simples ángeles suben un portal
que se dibuja inalcanzable
y se contiene de contemplar
con los ríos de la figura desarticulada
que plasma sólo un costado de su trino,
imagen de los débiles en la mar.
3 comentarios:
"farsas tornando la vulnerabilidad
de los espejos," nunca mejor dicho niño!!.. me saco la boina y la tiro en la arena.. invocando tus letras.. pues mira.. un rayo super poderoso habita en tu puño.. dale rienda.. eres bueno.. muy bueno.. tu tinta.. destila cosas maravillosas.. al pié.. cariños
Me gustó, en verdad me gustó tu forma de escribir, mis felicitaciones.
Un abrazo.
Es un delicia leerte;aunque sea por semanas. Saludos carnal.
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