Cuando entras en el ocre atardecer de la ciudad sin nombre.
Cuando tu sombra baja y tú subes, por ser el único peso que tenias.
Cuando se congelan todas las ideas en un crisol incierto y destructivo:
tarde que suspende todo; que despedaza la gravedad de los objetos con sus rayos;
que unge de colores ambarinos la claridad de los ojos y la oscuridad de las palabras.
El mutismo en todo eso: somos silencios huecos;
mínima capa de piel y bello; suspiros apagados con la mano;
aromas volátiles; intentos de nube; etéreos; casi pizca de algo.
He visto como se elevan ciudades enteras bajo la inclemencia de cualquier brisa.
Allá en lo insondable del mundo han ido a parar culturas enteras con todo y suelo.
Gastamos uno y mil tiempos en construir flores. Es frágil lo que inventa el hombre.
Las ciudades, los puertos, las aldeas. Todo esta a la espera de que alguien sople.
Somos paja amontonada; dientes de león; patas de araña sujetas con su propia tela.
1 comentario:
La dimensión desconocida... que unge de colores ambarinos la claridad de los ojos y la oscuridad de las palabras. Esta frase me encanto! :)
amor & paz
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